Los lentes esclerales son dispositivos especiales de gran diámetro que se apoyan sobre la esclera (la parte blanca del ojo) y crean un reservorio de líquido entre el lente y la córnea. A diferencia de los lentes de contacto tradicionales, no se apoyan directamente en la córnea, lo que los hace ideales para pacientes con córneas irregulares, cicatrices, queratocono o enfermedades de superficie ocular. Además, funcionan como una terapia óptica y protectora, brindando comodidad y mejorando la visión.
Estos lentes forman una bóveda sobre la córnea, rellenando con líquido la superficie ocular. De esta manera, corrigen irregularidades corneales y proporcionan una visión más clara. Al mismo tiempo, mantienen la superficie del ojo constantemente humectada, lo que los convierte en una opción terapéutica para casos de ojo seco severo. Se fabrican de manera personalizada tras un estudio detallado de la córnea, asegurando un ajuste preciso y confortable.
Son candidatos los pacientes que presentan:
Además de la condición ocular, se evalúan factores como la tolerancia previa a lentes de contacto, el estilo de vida del paciente y la salud general de la superficie ocular. También se consideran enfermedades sistémicas como artritis reumatoide o síndrome de Sjögren, que pueden requerir este tipo de lentes como tratamiento terapéutico.
En la consulta, se realiza una exploración completa de la córnea y la superficie ocular. El especialista utiliza topografía corneal para medir curvaturas y determinar el diseño del lente. Posteriormente, se prueban lentes de diagnóstico para evaluar el ajuste, la comodidad y la calidad visual. Una vez definido, se manda a fabricar el lente personalizado para cada ojo.
El paciente debe acudir sin maquillaje ocular y, en caso de usar otros lentes de contacto, suspenderlos antes de la cita según las indicaciones del médico. En algunos casos, se recomienda el uso de lágrimas lubricantes previas para mejorar la superficie ocular antes de la adaptación.
El especialista enseña al paciente la técnica correcta de colocación y retiro. Para colocarlos, se llena el lente con solución salina estéril y se coloca suavemente sobre el ojo. Gracias a su diseño, son estables, cómodos y no se mueven durante el parpadeo. La mayoría de los pacientes se adapta rápidamente y nota una mejora significativa en la visión desde la primera prueba.
Entre los principales beneficios destacan:
Aunque la colocación inicial puede requerir práctica, la mayoría de los pacientes logra adaptarse en pocos días. El confort suele ser muy superior al de los lentes rígidos convencionales. El ojo se mantiene protegido e hidratado, reduciendo síntomas de irritación o resequedad. Con el uso constante y el cuidado adecuado, los resultados son excelentes a largo plazo.
El paciente debe seguir un régimen estricto de higiene para la limpieza diaria de los lentes con soluciones especiales. Las citas de seguimiento permiten evaluar el ajuste y la salud ocular, además de realizar ajustes en el diseño del lente si es necesario. El control periódico asegura la máxima seguridad y comodidad.
Sí, una vez adaptados, suelen ser más cómodos que los lentes rígidos tradicionales.
Generalmente sí, pero el tiempo de uso varía según cada paciente.
Están indicados principalmente en queratocono, irregularidades corneales y ojo seco severo.
Sí, es necesario un régimen de limpieza y seguimiento regular con el especialista.
Tu visión merece estar en manos expertas. En Punto Visión te ofrecemos atención personalizada, tecnología de vanguardia y la confianza de especialistas altamente preparados. Da el primer paso hacia una mejor salud visual y agenda tu consulta ahora.