La córnea es la capa transparente que cubre la parte frontal del ojo y cumple una función clave en el enfoque de la visión. Cuando la córnea presenta irregularidades, cicatrices, infecciones o enfermedades como el queratocono, puede ser necesario un procedimiento quirúrgico llamado queratectomía. Esta cirugía consiste en retirar una parte del tejido corneal dañado para mejorar la transparencia y la forma de la córnea, restaurando así la visión.
La queratectomía puede realizarse de diferentes formas, incluyendo la queratectomía superficial fototerapéutica (PTK) con láser excimer, que elimina capas muy delgadas de la córnea para suavizar irregularidades. En algunos casos también se utilizan trasplantes de córnea parciales o totales cuando el daño es más profundo. El objetivo es mejorar la calidad visual y, en algunos pacientes, detener la progresión de enfermedades como el queratocono.
Son candidatos los pacientes que presentan:
Se considera la edad del paciente, la salud ocular general y la estabilidad de la enfermedad corneal. También se realizan estudios como topografía y paquimetría corneal para conocer el grosor y la forma de la córnea. En algunos casos, la queratectomía se combina con otros tratamientos como el cross-linking corneal para reforzar la estructura del ojo.
En la consulta se lleva a cabo un examen oftalmológico completo, acompañado de pruebas especializadas para medir la curvatura, el grosor y la transparencia de la córnea. El especialista explicará las opciones de tratamiento disponibles, incluyendo la queratectomía, y resolverá dudas sobre los riesgos, beneficios y expectativas visuales.
El paciente debe suspender el uso de lentes de contacto días o semanas antes de los estudios preoperatorios, según la indicación del médico. El día del procedimiento, es importante acudir acompañado y sin maquillaje ocular. En algunos casos se prescriben gotas antibióticas previamente para reducir el riesgo de infecciones.
La queratectomía se realiza con anestesia en gotas y es ambulatoria. Dependiendo de la técnica, el cirujano utiliza un láser excimer para remodelar la córnea o retira manualmente el tejido opaco. Cuando el daño es profundo, puede ser necesario realizar un trasplante corneal parcial o total. La cirugía suele durar entre 20 y 40 minutos.
Entre los principales beneficios destacan:
La recuperación depende del tipo de técnica realizada. En la queratectomía con láser, los pacientes suelen notar mejoría en semanas, mientras que en trasplantes corneales el proceso es más largo y puede durar meses. Durante la recuperación, se indican gotas antibióticas y antiinflamatorias, y se recomienda evitar frotarse los ojos o realizar actividades de alto impacto.
El seguimiento es fundamental para monitorear la cicatrización de la córnea y la adaptación visual. El oftalmólogo programará citas en la primera semana, al mes y posteriormente de acuerdo con la evolución del paciente. En caso de trasplantes, los controles son más frecuentes para vigilar el rechazo del injerto.
No, se realiza con anestesia en gotas.
Varía según el tipo de queratectomía, desde semanas hasta meses.
Sí, en algunos casos es necesario un trasplante corneal completo.
No lo cura, pero puede mejorar la visión y detener su avance si se combina con otros tratamientos.
Tu visión merece estar en manos expertas. En Punto Visión te ofrecemos atención personalizada, tecnología de vanguardia y la confianza de especialistas altamente preparados. Da el primer paso hacia una mejor salud visual y agenda tu consulta ahora.